Conozca más sobre el programa Léctimus

Para qué sirve cada módulo

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¿Para qué sirve la introducción a la lectura?

Imagínate que te vas de safari a África con tu sombrero caqui —pero no te vas de expedición para matar animales sino para aprender algo de ellos, como en un safari fotográfico— y en lugar de ir por animales vas por aquello que el ser humano se ha esforzado por construir en, al menos, los últimos tres mil años. Ni el expedicionario, ni el fotógrafo salen sin preparación alguna al campo a perseguir lo que les interesa: tienen que estudiar el terreno, saber de su geografía y sus peligros; tener información del animal que quieren retratar, su hábitat, qué lugares frecuenta, qué caminos deben recorrer y los lugares donde se puede repostar.

Así, el lector tiene que preparar el objetivo de su cámara, su equipo para acampar y una mochila con lo necesario para sobrevivir en África. El expedicionario que va en pos de lecturas no ve otra cosa más que libros, hojas, pantallas o e-readers. El fotógrafo elige sus cámaras y sus objetivos en función de la luz y de las condiciones que enfrentará en la sabana. El lector selecciona según sus intereses o necesidades y no tiene que preocuparse por la intensa luz o la noche cerrada, sino por aquello que aún desconoce. Para comenzar la expedición tiene a la mano una herramienta que le proporcionará lo que necesita antes de calzarse las botas.

Léctimus es el baúl donde el lector encontrará la preparación necesaria para adentrarse en lo que le interesa. Las habilidades para recorrer los caminos de la sabana africana son variadas e indispensables para encontrar los animales que vivieron hace dos o tres mil años…, y también para los que aún están vivitos y coleando. Léctimus ayudará al expedicionario a leer de varias maneras y a reconocer la “especie” a la que pertenece un libro, artículo o página web (los que hacen expediciones en busca de conocimiento prefieren el nombre de tipos de textos).

Para identificar sin lugar a dudas —como si fueran felinos o equinos que rondaran libres en los territorios africanos— los textos que desees leer, contarás con tres rubros que te ayudarán a reconocerlos: narrativos, expositivos y argumentativos. Pero no solo sabrás referir su “especie” sino que también conocerás su “hábitat”, es decir, la época en la que fue escrito, las corrientes artísticas y de pensamiento en las que nace, el autor y algunas otras obras que haya escrito. Una vez que sepas esta información podrás predecir cuáles son los “rumbos” por los que deambula el animal que estés estudiando, o sea, podrás saber por adelantado cuáles son los contenidos o las principales líneas temáticas de un texto con solo observar su portada, índices o los pequeños textos de las contraportadas de los libros. Si quieres irte de expedición, ¡ponte tus botas, cuélgate tu mochila y ten a la mano tu cámara!


¿Para qué sirve la lectura comprensiva?

Los samuráis del antiguo Japón no solo eran una armadura y un kimono, sino que necesitaban de algo más que su indumentaria bélica para ser un verdadero samurái. ¿Qué habría sido de estos nobles guerreros sin las artes marciales, sus técnicas de combate y catana? Tenían que saber cómo defender a la clase noble de los mañosos ninjas, y para ello tenían que desarrollar al máximo sus habilidades en las artes marciales. Lo mismo pasa con quienes navegan en la red: la cantidad de textos con que tiene que enfrentarse el navegante parece un ejército de ninjas. Y también le ocurre a quien tiene que vérselas con largos estantes en un librero en una biblioteca. ¿Cómo hacerles frente?

Léctimus puede enseñarte las técnicas necesarias para afrontar los trucos de los ninjas escurridizos. En total contarás con catorce estrategias en el Módulo 2 para que tengas todos tus flancos cubiertos, y uses a tu favor todas las enseñanzas que el texto escrito puede ofrecerte. Primero te pondrás en forma en la primera fase haciendo calistenia con cuatro tipos de lectura: global, selectiva, intensiva y puntual. Una vez que ya hiciste un buen calentamiento, te introducirás en las artes del uso de las palabras clave, reconocerás las palabras desconocidas, y, con ello, podrás identificar el propósito de cualquier texto. Para adentrarte aún más en estas artes, te harás diestro en el subrayado y el resumen, lo que te permitirá extraer las ideas principales y secundarias del escrito que tengas frente a ti. Luego desarrollarás tus fortalezas haciendo paráfrasis y toma de notas en la cuarta fase, y en la quinta, sabrás elaborar un cuadro sinóptico y un mapa conceptual.

Léctimus, como un sensei, te mostrará todo lo que necesitas ejercitar para convertirte en un hábil samurái. Una vez que tengas el dominio sobre las estrategias, te volverás un maestro explotándolas al máximo con una fase dedicada únicamente a la velocidad y percepción, con las que ningún oscuro ninja podrá burlar tus sentidos. Con este Módulo 2 te convertirás en un lector que puede pasar de la superficie de un texto para adentrarse en la profundidad de su sentido, y cuando entres en una biblioteca virtual o una que contenga libros impresos, te sentirás entusiasmado y completamente preparado para aprovechar todas las posibilidades de conocimiento que te brindan las páginas de papel o los artículos en la web. ¡Una lectura jamás será tu enemiga sino tu más fiel aliada y tu mejor maestra!


¿Para qué sirve la lectura crítica?

Los ojos de los escultores de mármol se pasean, con el mismo gusto de los niños en un parque, cuando están frente a las grandes rocas en bruto que podrían darle cuerpo a sus ideas. Las miran por todos los ángulos; merodean entre estas; las tocan y hasta les dan ganas de probarlas con la lengua. Las examinan "de pe a pa" y de "cabo a cabo": las comen con todos sus sentidos, y proyectan su futura escultura en esos fríos bloques. ¡Hay que escoger una —la correcta— de entre todas! Los artistas buscan las vetas del mármol y sus posibles debilidades, porque las características del material afectarán la idea que quieren traer a la realidad. La elección no es para nada fácil porque hay que leer las rocas.

Primero tienen que evaluar si su proyecto armoniza con los mármoles que están enfrente: debe imaginar la magnitud de las formas principales, las posiciones, los detalles… En esta evaluación, el artista se parece al lector que ha leído una idea que no sabe si lo convence, inquieta o le despierta aversión; ambos ponderan con cuidado antes de juzgar y elegir. Deambulan sin prisa entre las opciones y olfatean el ambiente. Quien selecciona mármoles y quien lee se basan en indicios, pequeñas pistas, tonalidades o argumentos sugeridos para inferir la calidad y la constitución del libro o de la roca.

La lectura crítica que desarrollarás en Léctimus te ayudará a conseguir las destrezas necesarias para evaluar —como si fueras un escultor— las vetas, el color, la textura e integridad del mármol. Las líneas de los textos se te presentarán profundas y con un sentido mucho más amplio; podrás seguirlas incluso más adentro de la superficie y conocer cómo son por dentro, ¡aun antes de tomar el cincel y el martillo! El nivel de la comprensión dará paso a una crítica y una interpretación de lo que lees. Sabrás descifrar los signos de la roca para luego materializar una idea. Sin embargo, para el artista no es suficiente elegir la piedra correcta, sino que requiere de herramientas precisas para formar su obra; de modo semejante, el lector precisa de destrezas cognitivas y actitudes mentales con las que profundizará en la comprensión de una lectura.

La escultura terminada es la conjunción del proyecto del artista y las propiedades materiales del mármol, pero también es lo que el escultor quiso decir y comunicar a quienes han de ver su obra. El lenguaje de la escultura le da cuerpo a las ideas, así como la palabra dice las ideas de un autor. Habiendo conseguido una lectura más profunda comprenderás, analizarás, asumirás una postura y, sobre todo, serás crítico de aquello que lees. Habrás esculpido un criterio personal acerca de lo que lees, y sostendrás tus posturas con base en argumentos claros y fundamentados. ¿Cuál, de entre todos los mármoles, te dice la intuición que es el mejor para leer y expresarte?


¿Para qué sirven la discusión y el debate?

Prepararse para un debate se parece mucho a lo que haría un cocinero que ha invitado a sus amigos a cenar. ¡No puede esperar la hora de la cena sin haber hecho nada! Tanto en un caso como en otro, se necesita un proceso previo para la gran hora. En primer lugar, debe haber un plan cuya elaboración agasaje a los comensales y que contemple los principales factores: una idea del menú de esa noche, cuántos amigos asistirán, cuáles son las expectativas y gustos de estos en la comida... Es indispensable un conocimiento del contexto de la cena para “dar en el blanco” con los platillos que se ofrecerán.

Con un plan claro sobre el menú a preparar, el cocinero elegirá entre utilizar un asador, una parrilla o un horno. ¿Un beefsteak, una pasta o una tarta? ¿Un político, un escritor o un académico? ¿Qué tipo de preparación debe mediar para llegar listo para un debate con personas con contextos muy diferentes? ¿Cuál será el banquete de ese debate? El cocinero y el debatiente se disponen con anticipación a su importante evento; uno tiene lista la cena a la hora acordada, y el otro ya ha construido argumentos para cuando esté comunicándose con su interlocutor. Intercambiar ideas con un político de un partido conservador no es lo mismo que discutir la concepción de la tecnología con un escritor de novelas de ciencia ficción.

Conocer si los amigos prefieren platillos fríos, dulces o muy elaborados es semejante a saber si el interlocutor en el próximo debate escucha más sus emociones o si prefiere que, en la discusión, se aduzcan razones, cifras y fechas. Planear el menú es hacer un estudio de las inclinaciones, concepciones y modo de pensar de aquel —o aquellos— con quienes ocurrirá el encuentro. ¿Hay que hornear un complejo argumento, con estadísticas, encuestas y fundamentos conceptuales, para servirlo a un comensal más inclinado a la vida universitaria?, ¿hervir un recurso retórico hasta que quede "al dente" para alcanzar las fibras emocionales del interlocutor?, ¿echar al asador el sabroso beefsteak marinado con metáforas, analogías y aderezo literario?

Sentarse frente a la mesa adornada con platos, cubiertos y alimentos, junto con los amigos, es una invitación a charlar y exponer puntos de vista. En tanto el debate es un arte que requiere de conocimiento, astucia, intuición y una pizca de sal. ¡Ven a practicarla en el Módulo 4 de Léctimus; vuélvete un chef experto, y prepárate para entender y protagonizar los debates gourmet!